Lo único que Kim Castillo deseaba aquella noche era cenar con su hermoso hijo Milo. Debido a que el pequeño tenía necesidades especiales, la familia solía cenar en lugares donde ya los conocían, era mejor así. Fue así que llegaron al restaurante Prime Rib en Houston, Texas, EEUU.

in embargo, la falta de sensibilidad de la gente a veces parece no tener límite. Mientras estaban sentados cenando, una familia que se encontraba junto a ellos le solicitó al mesero que los moviera a otra mesa, lejos de Kim y Milo. El padre de aquella familia incluso llegó a decir que los niños como Milo no deberían cenar en público.

Kim estaba indignada, triste; no podía creer el horrible comportamiento de la familia junto a ellos; pero luego un mesero hizo algo que la dejó sorprendida.

Michael García era el mesero que atendía esa noche y pudo escuchar todo lo que la familia decía. Él se negó a atenderlos y los acompañó a la salida.

Cuando el mesero regresó, los comensales que se encontraban en el restaurante lo recibieron con aplausos.

“Quedé impresionada de que alguien se arriesgara así para defender a alguien más”, dijo Kim, “Se que Michael lo hizo de corazón y de buena fe”.

Ella espera que su historia se comparta y anime a otros a ayudar y defender a aquellos que se encuentren en situación de desventaja.