Los padres del menor y familias del centro protestan a las puertas del CEIP Nelson Mandela ante la negativa de la Junta de Andalucía a que el niño continúe allí sus estudios por falta de recursos | El Gobierno andaluz crea un aula específica en el CEIP Carlos III pero informes clínicos detallan los perjuicios que sufriría el pequeño ante el cambio
La madre del menor, Conchi Sierra, había transmitido su intención de acudir a las puertas del colegio con sus dos hijos: Cristian y Jesús. Este último, el mayor, sí está matriculado. Pero si Cristian no entraba, tampoco lo iba a hacer Jesús. Según cuenta Sierra a este periódico, el delegado territorial de Educación en Cordoba del Gobierno andaluz, Antonio José López, le remitió el viernes a última hora un escrito en el que le pedía a la madre “no acudir al centro porque Cristian no estaba matriculado”.
El pequeño Cristian intenta consolar a su madre | MADERO CUBEROA pesar de todo, a las puertas del colegio no sólo han acudido la madre y sus dos hijos, sino también el padre, la tía, la prima y la abuela de los menores. Todos ellos, rodeados de muestras de cariño de otros padres. Entre llantos, la abuela del pequeño ha pedido que parase “ya este año de calvario” dada la lucha emprendida por los progenitores de Cristian, quienes han entregado todo tipo de informes clínicos que rechazan de pleno la solución ofertada por la Junta de Andalucía: el traslado del niño al CEIP Carlos III, donde compartiría aula con niños con diversidad funcional.
Durante los tres años en los que Cristian ha estado en el CEIP Nelson Mandela ha conseguido avanzar en la mejora de su trastorno. El cariño de profesores y compañeros y la presencia de su hermano mayor hicieron, además, que el pequeño tuviera la ilusión de ir al cole cada día. Sin embargo, este lunes, todos sus compañeros han entrado en clase menos él. Con el pequeño en brazos, Sierra ha asegurado que si todo el procedimiento “había sido muy duro, hoy lo era más” al ver que su hijo se quedaba en la puerta. Ante esta situación, los padres ya estudian la vía judicial porque su posición es clara: no llevarán a su hijo al CEIP Carlos III.
Cristian junto a sus padres y hermano y compañeros de clase en la puerta del colegio | MADERO CUBEROEl hijo de Ailén Bonilla también sufre autismo y este curso es su primer año en el centro. El menor de tres años tiene autismo y todavía puede estudiar en este colegio. “Si a mi hijo lo cambian de la modalidad B a la C, yo también me veré en la misma situación en la que está Conchi porque este centro no tiene los recursos que necesitan” los menores, asegura Bonilla. Su hijo y el de Sierra son los únicos con autismo que han crecido en este centro, pero “hay varias casos más” en La Carlota.
Bonilla agradece a la madre de Cristian “todo el trabajo que ha realizado desde que su hijo entró en el colegio”. “Sin ella, muchos recursos no se habrían conseguido. Fue quien empezó todos los trámites para que este colegio tuviera lo que hace cinco años carecía. No hay derecho a que ahora su hijo, con quien comenzó todo, no siga en el colegio con sus compañeros”, concluye esta madre.
Cristian en brazos de su madre junto a su padre y hermano | MADERO CUBERO